Para el Presidente de BBDO Argentina, el panorama de la industria para este año es desafiante. “Y por eso fascinante”, aclara. “Nuestra actividad es una que está en transición, como podría ser la automovilística o la energética”.
En este sentido, agrega, “no hay una sola respuesta a la realidad: hay muchas”. Desde su visión, hay muchos modelos de empresas de comunicación que pueden ser exitosos, pero es clave reconocer cuáles son los ‘essentials’ para las próximos cinco años”.
En cuanto a liderazgo, la industria del marketing atraviesa el desafío de gestionar talento e incorporar cambios que se consideran necesarios, pero que no necesariamente son demandados ni internamente ni por el mercado. “Para ambas cosas es crucial poseer una narrativa creíble y a la vez atractiva para cualquier tipo de talento”, opina Pérez.
Y en línea con ello, es relevante la innovación que se logra, según él, “incorporando saber, aliándose con organizaciones y personas que sean boosters y fundamentalmente experimentando. Debemos incorporar el A/B testing como modo de avanzar”.
Al hablar de la tecnología y lo humano, y si es posible o no encontrar un equilibrio, el Presidente de BBDO se anima a decir que “quizás estemos aprendiendo que no hay que hacer equilibrio”. Según él, “hay que imaginar formas de integrar tecnología y factor humano en una misma cosa, sabiendo que las formas pueden encontrarse y perder vigencia. En mi caso creo que en no más de 3 años la actividad de la comunicación va a tener que tener totalmente asumido que IDEA&Automatización, léase Instinto&Algoritmo, van a tener que convivir medianamente en paz”. Y para eso, agrega, “hay que crear un equipo de gente que crea en eso”.
En este contexto, “el papel del marketing se va a resignificar como una disciplina generadora de ingresos con la consiguiente redefinición de sus áreas de incumbencia”, plantea Pérez.
Y para concluir, reflexiona: “No sería nada extraño que también se fusione en parte con Capital Humano, ya que marca empleadora y marca van a ser definitivamente lo mismo. Tiendo a creer también que va a ser menos racional en muchos aspectos y mucho más sensorial u orgánico, producto de nuestra nueva condición de usuarios. No necesariamente más emotivo, sino mucho más serio en el sentido más benévolo y positivo de la palabra. El gran desafío es cómo esa seriedad no destruye cierta magia”.