Todos conocemos a ese líder que alguna vez soñó con estar en más de un lugar a la vez. La intención es buena: querer acompañar, controlar, inspirar y estar presente. Pero, claro, físicamente es imposible. A lo sumo, un deseo que muchos persiguen, aunque sepan que es irrealizable.
Lo que sí se puede —y marca la diferencia entre quienes crecen y quienes se estancan— es aprender a delegar, crear roles claros dentro del equipo y generar flujos de comunicación efectivos.
Y para inspirarnos, vale mirar un caso curioso.
El efecto Claptone
Claptone es un DJ y productor establecido en Berlín. Hoy, furor en el mundo. Posee la particularidad de aparecer en escena detrás de una máscara, por lo que no se conoce su rostro. Pero lo más interesante no es su música, sino su modelo de negocio: logra estar en más de un lugar al mismo tiempo.
Se sabe que no es una sola persona. Por ejemplo, se le ha visto hacer al mismo tiempo su performance en las fiestas de fin de año de Cartagena de Indias, en Colombia, y en Nueva York. Sí: hay varios “Claptones” operando en simultáneo, todos idénticos.
¡Cumplió el sueño de cualquier líder! Estar presente en distintos lugares sin perder identidad.
¿Cómo lo logra? (la gran pregunta): Cuando un periodista del portal YourEDM le preguntó cómo hacía para lograrlo, respondió con una frase que se volvió parte de su leyenda:: “Hay cosas en este mundo que no deberían ser analizadas, definidas o cuestionadas”.
Misterio, mística y un modelo que deja pensando. Porque detrás de esa respuesta hay una verdad poderosa: no todo lo importante se ve.

¿Cómo podemos comenzar a imitarlo?
Durante una de mis experiencias ejecutivas en los parques de Orlando, tuve la oportunidad de entrevistar a un ex presidente de operaciones de Walt Disney World® Resort.
Le pregunté cómo hacían los líderes para estar presentes en la gestión diaria y que los equipos los sintieran cerca.
Me respondió:
“Dos veces por semana, a las 11 en punto, mi asistente golpea la puerta de mi oficina y me obliga a salir. No hay excusas. Debo salir arecorrer el parque para observar cómo se encuentran los distintos detalles y estar cerca de mi equipo para realizarles preguntas y aprender de ellos. Es la manera para que me sientan presente– sintetizó compartiendo un ejemplo de su rutina”.
La anécdota encierra una verdad profunda: liderar no es mandar, es estar. Y estar no siempre significa físicamente, sino emocionalmente, culturalmente, simbólicamente.
No podía irme sin hacerle la pregunta clave: —¿Cómo se logra delegar sin perder el control?
“La delegación debe centrarse en objetivos y no en el método (el cómo). Es importante que a tu equipo les puedas mostrar (visualizar) el resultado final, tu expectativa sobre su trabajo. Deben estar bien claros los recursos disponibles, los controles (rendiciones) y las consecuencias. Quien recibe lo delegado comienza a ser su propio jefe y yo, como líder, paso a ser su asistente para ayudarlo a concretar el objetivo. Pero es él quien será el responsable de lograr el trabajo– aseguró para, sin más, rematar su reflexión. –La confianza es la mejor manera para motivar a las personas, la única que te permitirá sentirte en más de un lugar a la vez“
No se trata de multiplicarse, sino de multiplicar confianza.
El ratón Mickey y su efecto Claptone
Quien haya tenido la oportunidad de viajar a los parques de Disney –y, más aún, si se alojó en algún hotel dentro de la compañía– sabe con certeza que al “Big Boss”, Mickey Mouse, se lo puede encontrar en más de un lugar, incluso en más de un parque a la vez. Y sin embargo, cuando un visitante le pregunta a un empleado “¿cuántos Mickey existen?”, la respuesta es siempre la misma: UNO SOLO.
Esa coherencia cultural es la que sostiene la magia. No importa cuántos personajes haya detrás de la máscara o en qué escenario esté: el mensaje, la emoción y la experiencia son consistentes.
El efecto Claptone aplicado al liderazgo es exactamente eso: lograr estar presente en distintos lugares sin perder esencia. No a través de disfraces, sino mediante procesos claros, cultura compartida y confianza en los equipos.
El verdadero desafío del liderazgo moderno no es controlar, sino diseñar una cultura donde no haga falta estar para que las cosas salgan bien. Donde la confianza reemplace la presencia física, y el propósito guíe las decisiones.
A partir de ahora, tu máscara no será de oro como la de Claptone. Será la confianza construida en los demás. Porque no podrás aparecer en todos lados, pero sí estar muy bien representado.
Por Julián “GAITA” González, Director GrupoSet Latam. Embajador de la Cultura Disney en Latam por Doug Lipp



