La cuarta revolución industrial está transformando nuestra sociedad como nunca antes en la historia. Distintos cálculos realizados por la consultora McKinsey llegaron a la conclusión de que su impacto es 3000 veces mayor al de las tres revoluciones industriales anteriores combinadas. Lo que genera una transformación en todos los ámbitos de la existencia humana, desde el trabajo hasta las relaciones personales, el entretenimiento o la educación.
Ahora bien, si nos concentramos específicamente en el mundo del trabajo, una de las actividades que más se vienen transformando en los últimos años es el marketing, en principio con la irrupción de las redes sociales y el negocio de la publicidad online, y actualmente por la revolución de la inteligencia artificial.
En la serie The Playlist, recientemente publicada en Netflix para retratar los inicios de Spotify, el entonces potencial inversionista Martin Lorentzon (interpretado por Christian Hillborg) le pregunta a un entusiasta Daniel Ek (fundador de Spotify): “¿Por qué nosotros podríamos ser mejor que Pirate Bay?”, a lo que el jóven de la brillante idea responde: “Porque nosotros dominamos el negocio de la publicidad digital, y por eso podríamos hacer un negocio rentable”. Efectivamente, la publicidad fue (y en algunos casos continúa siendo) el pilar fundacional de Silicon Valley y del mundo de las plataformas.
La revolución de la IA en el marketing: Tres usos.
En Argentina, el 60% de las organizaciones quiere empezar a usar inteligencia artificial, o se encuentra en fase exploratoria. Mientras que una quinta parte ya lo está haciendo. En este sentido, el marketing es una de las áreas que más se ha involucrado con esta revolución con el objetivo de mejorar el recorrido del cliente. Pero… ¿cómo lo hacen?
Uno de los principales recursos tiene que ver con la personalización de experiencias. La ciencia de datos aplicada al marketing nos permite segmentar a nuestros clientes (o potenciales clientes) con el fin de conocerlos mejor y de esta manera poder llegar con promociones, beneficios o campañas que tengan mucho más sentido con sus objetivos, ideas o preferencias. Esto abre un mundo de posibilidades, no solamente para las redes sociales sino por ejemplo también para el contenido en streaming. Supongamos que somos un varón de 30 años al que le gusta mucho comprarse ropa y estamos viendo una serie en un servicio de streaming. Viendo una escena nos quedamos fascinados con un pantalón que tiene puesto el personaje principal y lo queremos comprar. ¿No tendría sentido que, sabiendo esto, la plataforma nos recomiende directamente ir a la página del local de ropa donde puedo comprar ese producto? Esto ya existe y se llama Shoppeable TV.
Un último uso tiene que ver con lo que conocemos como Inteligencia Artificial Generativa, y que tantos debates generó a lo largo de 2022. Herramientas como el Chat de GPT3 y Dall-E han despertado distintas polémicas por supuestamente pretender reemplazar la creatividad humana. Pero… ¿Y si en realidad pueden potenciarla? Imaginemos un gran creativo publicitario que además puede valerse de herramientas de generación automática de texto e imágenes para pitchear mucho mejor su idea. O que le dan un input que no tenía sobre esa misma idea permitiendo mejorarla. Los usos son realmente muchos y hoy sólo estamos viendo la punta del iceberg.
Es importante tener en cuenta que desde hace unos años, esta herramienta dejó de ser patrimonio exclusivo de las grandes compañías tecnológicas, y actualmente se utiliza en todos los rubros y sectores. La buena noticia es que la industria del marketing es de las más innovadoras en términos de incorporación de estas nuevas tecnologías. Lo vienen haciendo con otras revoluciones tecnológicas y difícilmente se queden atrás en esta.
Por Ing. Fredi Vivas, Fundador de RockingData, especialista en inteligencia artificial y autor del libro “Cómo piensan las máquinas?”