Hace una década exactamente, participaba en un pitch de medios para una reconocida marca de automóviles y junto con el equipo a cargo, empezamos a articular las ideas de innovación que presentaríamos, además de las propuestas habituales en una licitación de estas características.
Entre estas ideas, estaba la de desarrollar un sistema operativo para el sistema computacional del vehículo, que permitiera interactuar con los pasajeros más allá del viaje y, por supuesto, abrir la puerta a recibir mensajes publicitarios ya que el automóvil estaría conectado a internet.
Internamente, la idea no prosperó, pero nos sirve para introducir el tema de esta nota: ¿evoluciona el mundo hacia la suscripción total? Cada dispositivo que hoy tiene un chip y conexión a la red es susceptible de ser un canal de suscripción hacia servicios que mejoran la experiencia en el uso del dispositivo, aunque también es una puerta abierta a nuestra información y al control externo de lo que hacemos con ella.
Volvamos al mercado automotriz. Tesla, GM, Volvo, BMW y Toyota están implementando servicios de suscripción para sus nuevos modelos y administrarán funciones que van desde calentar los asientos hasta el manejo sin intervención humana.
Sistemas como OnStar y Super Cruise costarán US$500 anuales, generando revenues incrementales para las compañías sobre los US$20 mil millones en los próximos años. En algunos casos, los servicios por suscripción serán cobrados en el precio inicial del vehículo, por lo que dejar de usarlos, no será un ahorro para los usuarios y, por el contrario, el valor agregado sí puede llegar a ser un ahorro importante que amortice el costo inicial.
Tesla ha demostrado que el automóvil dejó de ser una herramienta mecánica para transformarse en un dispositivo tecnológico y que, si bien antes preguntábamos cuántos kilómetros por litro rinde un motor, hoy también es una pregunta válida saber cuánta memoria RAM o velocidad de conexión posee y, al ser ahora una herramienta tecnológica, se abren las puertas a una nueva competencia. Marcas como Xiaomi, definidas como marcas de dispositivos de conexión, hoy están desarrollando automóviles eléctricos cuya propuesta es un funcionamiento 100% automatizado, incluyendo la recarga de baterías. ¿Cuándo lo tendremos disponible? Está anunciado para el 2024.
¿Cuál será el principal factor para elegir un automóvil en el 2025?, ¿el precio, el motor, el sistema operativo, privacidad, velocidad de conexión a internet o los servicios asociados de suscripción, todas las anteriores?
Pero los automóviles no son los únicos dispositivos sensibles a la tendencia de la suscripción por un mayor valor agregado. Los electrodomésticos son otro frente de acción ya que traen chip para el funcionamiento y la posibilidad de conexión a la red para algunos servicios. Los refrigeradores, lavadoras, cocinas y microondas inteligentes son capaces de intercambiar información y avisar cuándo necesiten mantención o insumos para su funcionamiento, así como si nos falta comida u otros productos en al caso del refrigerador, si nos falta detergente o no estamos cuidando bien la ropa en la lavadora o si estamos preparando los alimentos de forma ineficiente en la cocina o el microondas.
Un smartwatch es otro ejemplo de conexión y suscripción. Éstos pueden indicar niveles de ejercicio, sueño, presión y ritmo cardíaco, por lo que en combinación con un Smart-refrigerador pueden perfectamente determinar los alimentos necesarios para una correcta recuperación y una empresa dedicada al bienestar físico pude elaborar el plan de ejercicio adecuado junto con una revisión “técnica” a través de la clínica asociada.
Como contrapartida, esta suscripción tecnológica también puede tener un lado complejo: nuevamente nos enfrentamos a la propiedad y uso de la información de los usuarios, generando una asimetría con las compañías tecnológicas y las prestadoras de los servicios.
Las legislaciones van un paso atrás de la evolución tecnológica, teniendo que acelerar las conversaciones y normativas en cuanto a la propiedad de la información, no sólo a escala local, sino también por las leyes globales.
También el número de suscripciones será un proceso que deberá optimizarse en el futuro. Hoy para acceder a contenido de entretenimiento tenemos casi una decena de aplicaciones en nuestro Smart TV y cientas (quizás miles) de películas y series a las que podemos acceder a través de Netflix, Star+, Paramount, HBO Max, Pluto, Tubi, Hulu, Youtube, Amazon Prime y otras que vienen en camino. Si contamos todos los dispositivos y sus múltiples servicios, pronto llegaremos a varias decenas de aplicaciones que deberemos administrar y optimizar en el mediano plazo.
Así como hoy tenemos navegadores y sistemas operativos que prometen proteger la información de los consumidores, también aparecerán servicios tecnológicos que ofrecerán el cuidado de los datos, privacidad e independencia, y las nuevas tecnologías Web3 ayudarán en el cuidado de la información que hoy genera asimetría y menor control de lo que compartimos, muchas veces sin tener conciencia de lo que exponemos
Por Roberto Poblete, consultor en Marketing digital, Publicidad y Medios de comunicación