Según expresa Ignacio Rey Goitia, Director Comercial de Nodus Company, haber certificado en Sistemas B “implica muchas cosas, pero fundamentalmente comprometernos con un propósito más amplio y profundo que simplemente obtener ganancias. Implica que toda toma de decisiones, a través de todos los equipos y niveles jerárquicos dentro de la empresa, deben buscar dejar un saldo positivo en la sociedad y en el medio ambiente. Es una validación de que cumplimos y nos atenemos a un estándar más alto de prácticas de negocio, pero es también un primer paso para alcanzar un nivel de conciencia más alto a nivel colectivo como empresa”.
Para la empresa el proceso fue un camino que disfrutaron mucho porque pudieron frenar a pensar en el propósito y repasar su misión y visión, “es decir, repensar con mis socios la razón de existir de Nodus y hacia dónde vamos como compañía”, reflexiona el ejecutivo. “Luego de ese análisis, comenzamos a investigar sobre los ODS (objetivos de desarrollo sostenible establecido por las Naciones Unidas) y delinear en cuáles específicamente nos íbamos a basar para llevar adelante nuestra estrategia de sustentabilidad”.
De esa forma, sigue, “nos dimos cuenta de que algo que tanto anhelábamos como la Certificación era uno de los objetivos que teníamos para lograr que nuestro negocio sea sostenible y que todo el proceso de introspección era mucho más grande y profundo de lo que nos imaginamos. A medida que íbamos avanzando, nos fuimos dando cuenta cuánto impacto tiene nuestro negocio en la sociedad y el medioambiente, y cuántas acciones podíamos planificar para colaborar con nuestro entorno y lograr nuestro propósito: crear un ecosistema digital más humano”.
Desde que la compañía asumió este compromiso, parte indispensable del trabajo del día a día es pensar y analizar el impacto que generan con sus servicios en el medio ambiente. “Generamos informes que nos permiten medir nuestra huella de carbono para, en primera instancia, ser conscientes y luego poder pensar acciones para mitigarlo”, explica Rey Goitía. “Este año será un año de muchos desafíos dado que todas las acciones que estuvimos haciendo y que tenemos planificadas nos ayudarán a crear nuestro primer reporte de impacto donde, a fin de año, podremos compartir públicamente nuestro compromiso asumido de mitigar el impacto en los 3 ejes fundamentales donde toda organización debe trabajar: social, medioambiental y gobernanza”.
El impacto de cara al cliente y al negocio
Teniendo en cuenta que gay cada vez mayor cantidad de empresas que buscan partners o proveedores que tengan conciencia social y ambiental, la certificación es un aval de que a Nodus le importa el impacto que deja más allá del económico. Al respecto, el ejecutivo dice: “En general, la certificación es bien percibida por nuestros clientes y dispara muchas preguntas. ¿Por qué lo hicieron? ¿Qué tiene que ver la industria digital con el medioambiente? ¿Cómo es el camino hacia la certificación? Es algo que contagia. Simultáneamente nosotros buscamos cada vez más proveedores que estén alineados con esta mirada de sustentabilidad”.
Si bien en Nodus no creen que esta decisión no tenga una incidencia directa en el negocio, por lo menos en el corto plazo, “se trata justamente de ampliar el objetivo económico e incorporar otros que no se ven reflejados en un P&L”, sostiene Rey Goitía. Pero, como todo en la vida, “cuando uno hace las cosas bien, en el largo plazo terminan llegando los beneficios derivados de esas buenas acciones”, considera.
El rol de la industria
Es importante también analizar, como industria, cuáles son los enfoques innovadores que se pueden adoptar para lograr operaciones digitales más sostenibles y, al mismo tiempo, mejorar las experiencias de los clientes.
Se habla de que la industria digital en su conjunto demanda entre el 7% y el 9% de la energía mundial y contamina más que, por ejemplo, la industria aeronáutica. Todos los indicadores de actividad digital están en aumento, con lo cual probablemente se vuelva una industria todavía más contaminante. “Pero estamos a tiempo de revertir la situación y adoptar un enfoque sustentable”, expone Rey Goitía. “Hacerlo, de hecho, tiene un impacto positivo en la visión del consumidor, puede conducir a mejoras en la reputación de marca, generar mayor nivel de compromiso y engagement en el consumidor y hasta tener un impacto positivo en la atracción y retención de talento. Todo esto en la medida en que el enfoque es genuino y orgánico. Lo forzado ya sabemos que no funciona y hasta resulta contraproducente”.
Desde la mirada del responsable de Nodus, hay muchísimas formas de adoptar enfoques que consideren la sostenibilidad ambiental y social a la hora de desplegar un proyecto digital.
“A simple vista no son tan evidentes, como lo son, por ejemplo, en la industria del petróleo, pero algunas de las formas en que nosotros desde Nodus lo hacemos son:
- Diseñar productos e interfaces digitales de manera que consuman la menor cantidad de energía posible. Esto implica optimizar el código, minimizar el uso de recursos del servidor, reducir el tiempo de carga de la aplicación y utilizar algoritmos eficientes;
- Usar servidores y centros de datos abastecidos con energía proveniente de fuentes renovables;
- Crear interfaces de usuario que sean fáciles de usar y que permitan a los usuarios completar tareas de manera eficiente. Un diseño intuitivo evita confusiones y reduce la necesidad de que los usuarios realicen múltiples acciones, lo que a su vez disminuye el tiempo de uso y el consumo de energía;
- Diseñar arquitecturas de software modulares y escalables que permitan agregar o eliminar funcionalidades según sea necesario. Esto reduce muchísimo el desperdicio de recursos y facilita la adaptación del producto a medida que evolucionan las necesidades y tecnologías;
- Tener muy en cuenta la inclusión y accesibilidad en el diseño productos e interfaces digitales. Esto implica asegurarse de que todas las personas, independientemente de sus habilidades o discapacidades, puedan acceder y utilizarlas de manera efectiva;
- Cuidar cada uno su tiempo en pantalla.
Para la compañía, la certificación de empresa B es solo un comienzo, una forma de alcanzar un nivel de conciencia más alto a nivel colectivo como empresa. “Nosotros seguimos en la misma línea que veníamos, que es buscando maneras de reducir nuestra huella de carbono, desarrollando programas que contribuyen al almacenamiento de carbono, reduciendo nuestro consumo de energía, donando nuestro equipamiento tecnológico a organizaciones que pueden reutilizarlo, colaborando con instituciones para incluir en nuestra industria a sectores de la sociedad que hoy están un poco marginados (como lo son las personas de más de 50 años en nuestra industria), y generando programas de concientización interna. Estas acciones pequeñas, pero muy significativas, que están al alcance de toda empresa, son las que, agregadas, tienen un impacto enorme y seguramente hagan del mundo un lugar un poquito mejor”.