La consultora en innovación, fiel a su espíritu disruptivo, de reinvención constante, dio vida a Carnaval.art, un marketplace para brindar visibilidad a los artistas digitales iberoamericanos que tienen bajas posibilidades de venta de sus obras en mercados secundarios.
La pandemia tuvo un impacto directo en muchas industrias. La del arte, por ejemplo, fue una de los más golpeadas. Sin embargo, debido a que las galerías de arte, museos y exposiciones debieron se mantuvieron cerradas a causa de la crisis sanitaria, el arte digital comenzó a cobrar relevancia deviniendo en un nuevo modelo de negocio que rápidamente se popularizó alrededor del mundo: el boom de los NFTs.
Un Token No Fungible es un activo digital que posee un certificado de autenticidad único, transferible y programable registrado en una blockchain. Para esto se le otorga una cadena de caracteres única que lo representan en la blockchain, es decir, un monedero de criptodivisas que permite el intercambio de monedas digitales. En otras palabras, el NFT es una pieza digital sobre la que su creador tiene derechos de venta, y que se ha convertido en una pieza atractiva para coleccionistas.
Bajo la premisa de incrementar la visibilidad de los artistas emergentes latinoamericanos y popularizar sus obras digitales, nació Carnaval, el primer marketplace de NFTs en Iberoamérica montado sobre la red de Bitcoin que tiene a Connie Ansaldi como Founder & CEO.
“Carnaval es el resultado de un camino continuo en búsqueda de la perpetua innovación”, dice Connie. “De disrumpirme a mí misma. El arte como puente es un lugar que me hace sentido ya que tiene mucho que ver con mi historia y ADN. Mi mamá era artista, escultora. Poder darles a los artistas una herramienta, un vehículo para tener propiedad sobre sus obras, me parece una maravilla. Poder darles a las marcas un nexo para conectar con sus audiencias a través del arte en forma de NFTs es un agujero de Alicia infinito para crear. La tecnología como facilitadora y conectora de procesos es tremendamente poderosa. Carnaval fue un sueño de un grupo de visionarios que hoy es una realidad”.
Carnaval.art está orientado al criptoarte e incluye a todo su ecosistema: el negocio, los artistas, los coleccionistas y los usuarios de plataformas del rubro. Está conformada por una extensa colección de arte digital curado de manera exquisita cuyos autores son artistas que cuentan con el aval o sponsoreo de museos, galerías y personas de influencia en el mundo del arte, quienes también pasan a ser actores dentro de la plataforma. Esta galería digital viene a cumplir el propósito de brindar visibilidad a los artistas digitales iberoamericanos que tienen bajas posibilidades de venta de sus obras en mercados secundarios.
El gran diferencial de esta plataforma, además de su propósito fundacional, es que está basado en la red de Bitcoin en lugar de Ethereum – la más utilizada para la emisión o “minteo” de NFTs-, permitiendo que los costos transaccionales sean más bajos y que personas con economías acotadas puedan integrarse en este mundo invirtiendo en arte digital, además de generar un gran efecto de networking con los Bitcoiners de todo el mundo.
En este escenario, las monedas digitales, la descentralización y la colaboración, lo que conocemos como Web 3, empiezan a redefinir las reglas del juego y los activos digitales cobran un protagonismo sin precedentes. Al respecto, la emprendedora, dice: “Siempre me gustó crear futuro, vivir en el presente, pero creando futuro. Somos los arquitectos del mañana que habitaremos. Cada vez ocupamos más espacios y cada vez los desdoblamos en más entidades. Cuerpo, mente y espíritu tienen en estas nuevas realidades sus propios espacios. Y me parece increíble que estamos vivos en esta época maravillosa”.
Según Connie, “las posibilidades de esta tecnología son infinitas. La descentralización ofrece un modelo de negocios único, como nunca antes se vio. El desafío es hacer simple lo complejo para que la tecnología pueda democratizarse y se transforme así en parte de la cultura, en un proceso orgánico. Y que en este proceso prevalezcan la ética y los valores humanos por sobre todas las cosas”.
Y este tipo de iniciativas tiene su correlato en términos de impacto social. “Para empezar, es el verdadero power to the people”, asegura Ansaldi. “Ya no es solo un concepto que se repetía como grito rebelde de los años 60. Es la concreción del verdadero poder individual trasladado a las masas. Es la tenencia de toma de decisiones financieras y transaccionales sin intervención de terceros. Es una economía de abundancia versus la economía de escasez que proponen las entidades financieras y gobiernos, con la responsabilidad que esto conlleva”.
En este sentido, las marcas también encuentran en esta plataforma, una oportunidad. “Carnaval Art es un NFT Solution End to End para marcas, sobre la red de Bitcoin”, explica la consultora. “Nosotros tenemos el marketplace para que puedan minetar sus NFTs además de brindarles la solución estratégica, creativa y tecnológica. Nuestro modelo de negocios se llama Flex Square y está preparado para adaptarse en cuatro pasos a las necesidades de nuestros clientes. Los acompañamos en el proceso y los ayudamos a crear la mejor experiencia de encuentro para las marcas y sus audiencias. Las posibilidades son infinitas. Tantas como se animen a soñar y realizar”.