Skip to content Skip to footer

21 días hackeando mi vida con agentes de IA

21 días. Eso es lo que dicen que tarda en formarse un hábito. Para mí, fueron suficientes para no volver a ser la misma.

Durante 21 días me propuse un experimento radical: delegar al máximo cada pequeña (y no tan pequeña) tarea de mi vida cotidiana a distintos agentes de inteligencia artificial. Algunos ya existían. Otros los entrené yo misma. Y lo hice sin escribir una sola línea de código. Solo con curiosidad, algunos prompts… y la ayuda de otros agentes.

Ni yo me lo creía: entrené asistentes para prácticamente todo. Pero lo más impactante no fue que funcionara.
Lo verdaderamente increíble fue descubrir que yo misma podía construir esta nueva vida, potenciada al 100 % por IA.

Usando herramientas no-code, gratuitas y lenguaje natural como Emergent.app, Lovable.dev e incluso GPTs personalizados, armé MVPs funcionales que hasta podrían ser pequeñas startups personales. Pasé de ejecutar tareas a orquestar agentes.

Así fue como creé mi propio sistema para entrenar a mi perrita: detecta patrones de ansiedad, analiza video en tiempo real y ajusta el entrenamiento según su comportamiento. Y tengo un favorito: un agente que convierte los dibujos de mi hijo en historietas animadas de calidad profesional.

Y vinieron más. Muchos más: un asistente culinario, un rastreador de vuelos super low cost, un asesor del S&P… entre otros. Cada necesidad o idea encontraba su copiloto ideal. Hasta me animé a crear mi propio podcast en Spotify, conducido por dos agentes de IA. Lo llamé “Prompt Society”.

Después de 21 días, ya no pienso en cómo hacer algo. Pienso en cómo diseñar el sistema que lo resuelva. Mi nueva habilidad es saber a qué agente pedirle qué.

21 días me bastaron para validar que la IA no reemplaza mi intuición, ni mi creatividad. La amplifica y la potencia.

Esto es lo que aprendí viviendo 21 días con agentes de IA para (prácticamente) todo. Y a todos les deseo lo mismo: la oportunidad de entrenar su propio agente. Después de eso, no hay vuelta atrás.

Para cerrar, voy a parafrasear a Sam Altman, ya que “probablemente, esta sea la última vez que escriba algo sin ayuda de una IA.” Y, personalmente… ya la extraño.

Por Marina Saroka, Fundadora de Planetlambo, powerhouse de innovación creativa y producción digital con inteligencia artificial

Sign Up to Our Newsletter

Ritatis et quasi architecto beat

Whoops, you're not connected to Mailchimp. You need to enter a valid Mailchimp API key.