“La gente durante la pandemia y post pandemia ha tenido un cambio radical en el tema del entretenimiento”, analiza Raúl Iglesias, Marketing Director at Diamond Films México. “Pero también está retomando las costumbres que tenía. Por un lado, la gente está retomando el ir al cine, pero también hay muchas plataformas, no solo de streaming, sino la televisión en línea y otros modelos que ganan protagonismo”.
En el caso del cine, dice el ejecutivo, “es el entretenimiento fuera de casa más accesible para la gente, por costos y porque tienes un cine cerca de todo. Lo más importante es conocer las necesidades de la audiencia. Primero hay que tener una película que cumpla esas necesidades, y segundo, ver cómo hacemos para impactar y convencer a las personas de que vale la pena vivir la historia en el cine”.
Y aquí menciona cómo es el vínculo que se genera con los anunciantes. “Nosotros no vendemos pinturas o una lata de chile que está en góndola todo el tiempo, vendemos una película que puede estar muy poco tiempo en cartelera. Nuestra curva de vida es muy corta, nace muy rápido y muere rápido, pero logramos un vínculo con las marcas muy interesante”, asegura Iglesias.
“Cuando vamos con una marca por una de nuestras películas es porque consideramos que las audiencias son similares. Con cada película buscamos aliarnos con diferentes marcas y el approach es prácticamente el mismo”, explica. “¿Cómo te ayudo a cumplir con tus objetivos y tu con los míos? En mi caso, el objetivo es vender tickets de cine. Para las marcas puede ser incrementar la frecuencia de visitas, incrementar el consumo, ganar más presencia en redes, cada marca tiene un objetivo particular”.
El valor de las experiencias
Diamond Films viene construyendo experiencias con diferentes marcas. “A nivel de producto, hemos hecho cosas como una degustación de un producto, dar a conocer algo, dar un anuncio a tu audiencia”, cuenta Iglesias.
Por ejemplo, cuenta: “Hace algunos años tuvimos una película que se llamaba Jefe por accidente con Jennifer Lopez. En ese momento, ella tenía una línea de ropa que se vendía en Coppel. Nosotros hablamos con la gente de Coppel y se creó una promoción en la que comprando una prenda de ropa de la línea de JLo, participabas para ganar un viaje para ir a la alfombra roja de la película y boletos para la fiesta posterior”.
“Entonces, a la audiencia les brindas la oportunidad de vivir experiencias y a las marcas, tener a JLo, algo que sería muy complicado de otra manera”. Por eso mismo, sigue el vocero, “el cine acaba siendo un producto muy noble que puede matchear con cualquier marca. Mi producto no compite con ellas, se complementan”.
En cuanto a cómo imagina la evolución de la demanda de la audiencia respecto a las experiencias que reciben, el ejecutivo opina: “Muchas veces estamos muy ocupados en ver qué cosas nuevas brindar, y la gente quiere regresar a lo básico. Yo lo veo en los conciertos, por ejemplo, la gente quiere ir a escuchar a su artista favorito, no quiere unos lentes de realidad virtual o un audífono con tanto sonido. La gente quiere comer en un restaurante donde la comida esté rica y atiendan bien”.
“Muchas veces – sigue-, pasa a menudo en la industria del marketing, queremos hacer cosas disruptivas o gigantes, y al final, importa concentrarse en cómo satisfacer la necesidad del cliente. En el cine el cliente quiere sentarse en una butaca cómoda, ver una película increíble y pasar un momento agradable. Hay que encontrar un balance entre la disrupción y ser lo más sencillo posible para hacerle la vida más fácil al cliente. Hay que encontrar un balance entre lo que nos permite la tecnología, el conocer a las audiencias y lo que están buscando, pero no perder que es una persona que tiene necesidades que hay que satisfacer sin tantas vueltas”.